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Hna Glenda en el Ordo Virginum   (10)

La Hna Glenda se siente agradecida con Dios por pertencer a la más antigua forma de vida consagrada femenina que hay en la Iglesia Católica. Esta forma de vida consagrada permite a la mujer ejercer múltiples y variados apostolados, según sus circunstancias y carismas personales; no se limita al carisma o las obras propias de una congregación religiosa. Desde el siglo I del cristianismo, las primeras mujeres que querían dedicarse sólo a Dios y renunciaban al matrimonio eran consagradas por el Obispo. En esta forma de Vida Consagrada, no se hace o profesa ningún voto que pueda recibir una superiora provincial, general o algun sacerdote; sino que se recibe una "solemne oración consecratoria" sólo de manos del Obispo Diocesano. Es esta antigua y hermosa oración que el Obispo ora sobre las vírgenes las que las consagra: 

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Que Tú seas su honor, su gozo, su deseo;

encuentren en Tí

descanso en la aflicción; 

consejo, en la duda;

fuerza, en la debilidad;

paciencia, en la tribulación;

abundancia, en la pobreza;

alimento, en el ayuno;

remedio, en la enfermedad.

Que en ti, Señor, lo encuentren todo

y sepan preferirte sobre todas las cosas."  (Final de la solemne oración consecratoria del Obispo)

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Según el ritual de consagración de vírgenes, el más antiguo rito de consagración para la mujer en la Iglesia, El Obispo entrega a la consagrada 3 insignias que resumen su vida y misión:

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- Velo y anillo: El Obispo entrega velo y anillo  a la consagradas con estas palabras del ritual: "recibid, hijas amadas, el velo y el anillo, signos de vuestra consagración; guardad siempre fidelidad plena a vuestro esposo, y no olvidéis nunca que habeís sido consagradas a Cristo y dedicadas al servicio de su cuerpo, que es la Iglesia." El uso en público de estas insignias es opcional, según discernimiento y permiso del Obispo y  sea oportuno o no en la circunstancia, carisma y misión de cada consagrada. En un mundo necesitado de signos visibles que hablen de Dios y acorde con la misión que hoy realiza en la Iglesia, Hna Glenda ha optado por continuar con la visibilidad de su consagración, usando el velo, con permiso de su Obispo.

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- Liturgia de las Horas: " recibid el libro de la oración de la Iglesia: con él cantaréis siempre las alabanzas del Padre y oraréis a Dios por el bien del mundo entero". Con estas palabras del ritual el Obispo diocesano entrega el libro de la liturgia de las horas a las vírgenes consagradas.

 

Actualmente en el mundo hay más 4,000 consagradas en el Ordo Virginum que viven su consagración a Dios de variadísimas maneras: las hay que trabajan en la ONU, en el Vaticano, en un Colegio o empresa,  sin que nadie sepa su "consagración solemne", hasta otras que expresan de una forma más visible su Consagración llevando el velo, cruz y otros signos religiosos, según sea oportuno para la misión que realizan. En esto se rigen por los respectivos Directorios diocesanos y con el permiso del Obispo Diocesano.

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