En la vida religiosa (7)
En las hojitas de la misa dominical habia una sección dedicada a la promoción de las congregaciones religiosas que había en Chile en esos años de dictadura de Pinochet. No había internet asi que la única forma de conocerlas era escribirles una carta y ellas te enviaban la información impresa de su congregación. Glenda comenzó el estudio de la historia, carisma y misión de cada una. Le parecían todas iguales, hasta que dió con un folletito que decía: "consolad, consolad a mi Pueblo" y se lo devoró leyendo e investigando acerca de lo que significaba el carisma y la espiritualidad de la consolación de Dios en la Biblia y en esa familia religiosa. Vió que trabajaban en Colegios y como a ella le gustaba la educación, pidió una cita con las religiosas. Después de otro año de acompañamiento con ellas y de compartir de cerca su modo de ser y estar en la iglesia, da el paso: deja a su novio, deja su familia, su futuro universitario y entra en las Hermanas de la Consolación.